15/9/2007 

  AUTOR: Misael V. Hernandez Gutierrez Flores

               INTRODUCCIÓN  

 El tema de esta investigación es el estrés organizacional. Desde hace tiempo las ciencias médicas se han ocupado de este fenómeno, por el efecto que tiene sobre la salud del hombre, pero recientemente en la literatura administrativa, algunos gerentes e investigadores de la organización han empezado a prestarle atención.

 Las razones de este interés están basadas en que el estrés parece estar vinculado con la productividad y satisfacción del trabajador y la obligación implícita de la gerencia de mejorar la calidad de vida en el trabajo.  


   Otra razón igualmente importante es de naturaleza económica, ya que se pierden grandes cantidades de dinero por las enfermedades relacionadas con el estrés tales como hipertensión, úlceras, ataques cardíacos, etc. 

 Wallace y Szilagyi (1982) en una revisión de la literatura médica y administrativa encontraron que: 1) Una gran variedad de condiciones organizacionales y ambientales es capaz de producir estrés; 2) Diferentes individuos responden a las mismas condiciones de maneras diferentes; 3) La intensidad y el grado de estrés son difíciles de predecir en el individuo y 4) Las consecuencias de un estrés prolongado provocan cambios conductuales tales como aumento en el ausentismo o una enfermedad crónica.

   

 

Para comprender el estrés en el trabajo, este estudio tiene como objetivos los siguientes 1) Revisar la literatura reciente sobre el estrés para adquirir una visión de conjunto de este fenómeno; 2) Determinar los estresores, los síntomas y efectos del estrés en la organización y la aplicación de una encuesta para  diagnosticar el estrés a una muestra de empresas.

   La organización de este reporte para el cumplimiento de los objetivos es la que sigue. Revisión de la literatura y antecedentes sobre el estrés, luego la exposición de las causas y síntomas, posteriormente una descripción de técnicas para la reducción del estrés, a continuación un análisis y definición de estresores organizacionales e individuales y por último, la aplicación de la encuesta de estrés a la muestra de empresas, resultados y conclusiones. Una definición basada en los estímulos podría ser: Estrés es una fuerza o el estímulo que actúa sobre el individuo y que da lugar a una respuesta de tensión, en la cual tensión es sinónimo de presión, en sentido físico, de deformación, mientras que una definición fundada en la respuesta sería que el estrés es la respuesta fisiológica o psicológica que manifiesta un individuo ante un estresor ambiental, en la cual el estresor puede consistir en un evento externo o en una situación, ambos potencialmente dañinos. Y finalmente una definición de estrés que toma en cuenta el estímulo y la respuesta, según Ivancevich y Matteson, es la siguiente: Estrés es una respuesta adaptiva, mediada por las características individuales y/o por procesos psicológicos, la cual es a la vez consecuencia de alguna acción, de una situación o un evento externo que plantean a la persona especiales demandas físicas o psicológicas.

   En relación con la idea anterior sobre estrés, Stoner y Wankel (1989) señalan que la tensión y presión que resultan cuando un individuo considera que una situación presenta una exigencia que amenaza con superar sus capacidades y recursos es lo que constituye el fenómeno del estrés; mientras que para Irwin G. Sarason y Barbara G. Sarason (1988) indican que una misma persona puede enfrentarse satisfactoriamente a una situación difícil o atemorizante y en otras hacerlo en forma desadaptada y al preguntarse la razón de esto encontraron dos conceptos (estrés y vulnerabilidad) que ayudan a entender las diferencias de conducta y definen el estrés como las reacciones que ocurren ante situaciones que presentan exigencias, coacciones u oportunidades y a la vulnerabilidad la conciben como la probabilidad de que una persona reaccione en forma desadaptada ante ciertas situaciones y agregan que ésta última puede incrementarse por factores hereditarios, características de personalidad, falta de ciertas habilidades o por la acumulación de experiencias negativas. Señalan también estos autores que el estrés y la vulnerabilidad interactúan. En otras palabras, cuanto mayor sea el estrés, se necesita tener menos vulnerabilidad para que no ocurra una conducta desadaptada.

   Vernier (1993) dice que el vocablo estrés designa el estado de tensión inhabitual en una persona como resultado de una acción de cualquier índole, ya sea brusca o bien continuada y que suele ser nociva para el organismo.

   El estrés (Wallace y Szilagyi, 1982), lo agrupan en dos categorías: estrés laboral u organizacional asociado con causas organizacionales y el estrés de la vida diaria (life stress) relacionado con causas individuales y/o familiares.

  Otros autores (Davis y Newstrom, 1987), utilizan los criterios de tiempo o intensidad para clasificar a este fenómeno.

  Y así tenemos que el estrés puede ser temporal o permanente y ligero o grave.

 

 

 Las presiones (estrés) para Rosenzweig se clasifican según dos perspectivas. Por un lado, en pasivas y activas; por el otro en externas e internas.

   La combinación de los cuatro tipos permite distinguir cuatro direcciones de la presión: 1) Presión pasiva externa, 2) presión activa externa, 3) presión pasiva interna y 4) presión activa interna.

   Una clasificación más es la de Hans Selye. Para este autor, el estrés se divide en: 1) Distrés y 2) eustrés. El primero se refiere al estrés perturbador o "malo" y el segundo al estrés bueno o que produce resultados positivos o constructivos.

  CAUSAS Y SÍNTOMAS DEL ESTRES.

 

 

Los factores que provocan el estrés pueden atribuirse a aspectos relacionados a la organización o a factores personales que surgen en la vida privada del empleado.

   Veamos primero los factores organizacionales. El trabajo de un empleado y la estructura de la organización son causas prevalecientes del estrés. El aburrimiento en el trabajo también puede crearlo. Otro factor es cuando la unidad de mando se rompe y los empleados confrontan más de un jefe, esta es una fuente estructural de estrés. Las reglas excesivas y regulaciones excesivas, las comunicaciones ambiguas, temperaturas extremas, iluminación pobre o ruidos distractores.

   Dentro de los factores personales puede apuntarse la muerte de una familiar, un divorcio o las dificultades financieras personales.

  La investigación sugiere que ciertos eventos de la vida cuando se acumulan, generan estrés fisiológico o psicológico.

   Frew (1977) identifica que en el trabajo los factores causantes de estrés o estresores pueden ser ocho: 1) El contrato psicológico no escrito entre la organización y el empleado; 2) Los estresores inherentes a la profesión y al desarrollo profesional; 3) El impacto negativo que ejercen en la familia las exigencias del trabajo; 4) El efecto del cambio en cuanto a la obsolescencia humana; 5) La obsolescencia organizacional; 6) El estrés originado por intentos de sobreponerse a las exigencias del trabajo, 7) El afrontamiento de las expectativas de los jefes; y, 8) La ideología de la organización.

   Para Ivancevich y Matteson (1989) los estresores se pueden clasificar en extraorganizacionales e intraorganizacionales. Los primeros son eventos o situaciones ajenos a la vida laboral inmediata de la persona pero que influyen en el trabajo y en el desempeño; mientras que los segundos se relacionan con la fuente inicial del estresor y puede ser de tres tipos: individuales, por ejemplo, conflicto de roles, sobrecarga, etc., grupales, por ejemplo, falta de cohesión del grupo, conflicto intergrupal, etc., y organizacionales, por ejemplo, clima organizacional, estructura, tecnología, características de la tarea, la influencia del liderazgo, etc.

  Los investigadores Sarason (1988) afirman que las situaciones que despiertan estrés pueden analizarse en términos de su: duración, gravedad, predictibilidad, grado de pérdida de control, grado de confianza que la persona tiene en sí misma y de lo repentinamente que ha aparecido la situación; para ellos, las situaciones productoras de estrés son accidentes, desastres naturales, la guerra, enfermedades físicas, transiciones en el ciclo vital tales como el nacimiento, ingreso al colegio, la pubertad, la adolescencia, entrada a la universidad, conseguir un empleo, casarse, criar a los hijos, cambio de domicilio, los eventos trascendentales en la vida de los hijos y la jubilación. Estos autores señalan también los trastornos al estrés como los trastornos reactivos, breves o prolongados, que son desadaptaciones al estrés, los trastornos postraumáticos al estrés que son ocasionados por la ansiedad y los trastornos disociativos en los que las personas utilizan una variedad de maniobras para escapar de las angustias y conflictos despertados por el estrés. En este último caso, los trastornos disociativos más graves incluyen la amnesia, la fuga psicogénica y la personalidad múltiple.

  Mario Timio (1983) al reseñar varios estudios sobre el estrés, encontró que éste puede surgir del contexto social donde vive la persona y que una lista de situaciones productoras de estrés creadas por el contraste entre el sistema organizativo y la idiosincrasia personal puede ser la siguiente:

1.    Estrés debido a los rápidos cambios ambientales y tecnológicos que progresan hacia la institucionalización.

2.    Estrés a nivel individual producido por modificaciones del papel personal en el ámbito de cierto contexto social y laboral (arranque de una carrera, realización de proyectos, éxitos personales).

3.    Estrés originado por las relaciones con el grupo (familia, grupo de trabajo, etc.)

4.    Y el estrés surgido de la polivalencia de papeles que se ejercen en el contexto social en el cual se actúa.

  Por otra parte, también el trabajo puede estar cargado de situaciones productoras de estrés de corta y larga duración. Entre los primeros están comprendidos:

1.    Sobrecarga de trabajo que debe ejecutarse en una fracción de tiempo limitada.

2.    Confusión y distracción determinada por rumores, luces, ruido, hacinamiento del ambiente de trabajo.

3.    Temor de no hacer bien y en el tiempo debido el trabajo, temor de quedar expuesto a críticas, de incurrir en      peligros físicos, etc.

 Entre los estímulos productores de estrés de larga duración se enumeran:

1.    Inseguridad de mantener el propio trabajo.

2.    Atención prolongada.

3.    Sentido de aislamiento, como puede encontrarse en las cadenas de montaje, y

4.    La organización del tipo de trabajo.

    También señala Timio que las condiciones productoras de estrés, incluso de breve duración y leve intensidad, pueden inducir marcadas modificaciones fisiológicas en términos de desequilibrios hormonales momentáneos. Si el estrés se repite durante un tiempo prolongado asume un significado patológico en ciertas circunstancias y en determinados individuos. En tal sentido, una notable contribución la proporcionan los estudios hechos con animales, los estudios epidemiológicos, las observaciones clínicas y análisis hematoquímicos.

   Por otro lado Mario Timio (1983) afirma que es un error considerar que el estrés es siempre nocivo, ya que es natural e inevitable algún tipo o grado del mismo. Y añade que cuando es posible adaptarse al estrés independientemente de que su origen sea individual, familiar, social y laboral no implica problemas. Por el contrario, surgen las dificultades cuando un individuo no es capaz de adaptarse al estrés, ya sea por su desproporcionada carga de intensidad, ya sea porque la persona deba desempeñar un papel que no puede afrontar a causa de su configuración psicosomática. La sensación de impotencia y el relativo conflicto frente a un obstáculo, a una situación desfavorable o una condición de injusticia son algunos de los elementos productores de estrés más difundidos.

   Los factores que pueden modular la respuesta a los elementos que generan estrés son la constitución personal y hereditaria, el carácter, la cultura y la educación.

    En estudios sobre el estrés citados por Stoner y Wankel (1989) se ha encontrado que los médicos, gerentes de oficina y supervisores sufren menos estrés que profesores, trabajadores y artesanos. Otro hallazgo ha sido que la gente difiere en cuanto a los motivos que la hacen sufrir estrés, en el grado en que lo siente y en su manera de reaccionar ante él. Además del conflicto de papeles y del exceso o falta de carga de trabajo, varios aspectos del ambiente pueden ocasionar estrés tales como la responsabilidad por otras personas, la falta de participación en las decisiones que influyen en su trabajo, evaluaciones del desempeño, las condiciones de trabajo como ruido, hacinamiento, etc. cambios dentro de la organización como, por ejemplo una reorganización, cambio en la dirección, modificación de las políticas, etc.

  Según Salvatore R. Maddi y Suzanne C. Kobasa al investigar los factores que hacen que algunas personas se sientan agotadas y consumidas por los estresores y que otras personas se sientan estimuladas y excitadas por ellos está la capacidad de manejar el estrés, que depende de cuatro características:

1.    Estilo personal y personalidad, es decir, de qué manera tiende uno a percibir e interpretar los acontecimientos productores de estrés y cómo responde uno ante ellos.

2.    Apoyos sociales. Estos consisten en el grado en qué la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y otras personas brindan aliento y apoyo emocional durante los momentos de estrés.

3.    Predisposición constitucional, o sea, el vigor y la salud de nuestro cuerpo en cuanto a la constitución innata.

4.    Los hábitos higiénicos, esto es, grado en que uno mantiene buenas condiciones físicas mediante el ejercicio y evitando los comportamientos destructivos como el tabaquismo, alcoholismo, etc.

 En su investigación Maddi y Kobasa, encontraron que el factor "fortaleza" de la personalidad era el más importante. Las personas con alto grado de fortaleza, su actitud es optimista y se sienten comprometidos con su trabajo y su vida, tienen un sentido de control e interpretan los cambios y los problemas como retos y no como amenazas, mientras que las personas con poca fortaleza tendían a asumir una actitud pesimista a los estresores y realizaban acciones evasivas de ellos, disminuyendo su eficiencia.




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